El
encuentro con sus ex-compañeras de la Universidad, hizo a Maria Luna
recordar sus "días de gloria" como ella los llamaba. Y vaya que había
tenidos sus días de gloria!!
Sin poderlo evitar sonrió al evocar sus recuerdos.
¿Cómo había sido? ¿Cómo se convirtió en la mujer que ahora era? ¿Dónde
había quedado la otrora Maria Luna llena de gloria? ¿Acaso ella misma la
había "matado"?
Su sonrisa se tornó rígida y sus ojos quedaron
clavados en una pequeña hormiga que atravesaba por entre los mosaicos de
la pared a gran velocidad, para ir a ayudar a su grupo de amigas que
cargaban un gigantesco -para ellas- grillo muerto.
Mantuvo fija su
mirada en ésa escena que se desarrollaba frente a sus ojos, sumiéndose
cada vez más en las cavilaciones del pasado.
Algo había aprendido de su caminar por la vida: No se puede regresar al pasado...
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